La primera oleada de activismo de la comunidad homosexual nació en México alrededor de los años 70, en medio de un gobierno autoritario y en un país que generaba estereotipos, se alzaba la voz por aquellos que son discriminados únicamente por su preferencia e identidad sexual.
A más de 40 años de lucha, el movimiento se ha transformado, cada oleada tiene sus demandas, cada una siendo una evolución de la anterior.
México ocupa el segundo lugar en el mundo en asesinatos a personas transgénero.
De enero de 2013 a diciembre de 2017, al menos 381 personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, o percibidas como tales, fueron asesinadas en México.
“Las garantías individuales y los derechos se violan ¿Por qué? Porque no denuncian, por el temor al rechazo, tanto laboral como socialmente y por el miedo a generar mayor violencia encaminándolos a callar y no alzar la voz”
Comenta Fernando León activista de más de 15 años de trayectoria.
Nuevo León es de los estados con mayor índice de crímenes de odio hacia la comunidad LGBT solamente por debajo de Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo.
“Ha costado trabajo visibilizar los crímenes de odio, no es una víctima más, es una persona homosexual, un bisexual, una persona transgenero”
El clasismo es uno de los principales generadores de repudio hacia la comunidad incluso dentro del mismo movimiento como lo señala Fernando León, la cuestión de que un joven no vista con ropa prestigiosa, no tenga un celular de última generación e incluso que no cuente con Instagram provoca que sea rechazado dentro de la misma comunidad.
El poder de nuevas tecnologías ha permitido a las nuevas generaciones manifestarse de manera colectiva, sin embargo han perdido la agresividad de “la vieja guardia”.
En años anteriores la comunidad homosexual no tenía un lenguaje construido como ahora, palabras como Tolerancia, Derechos Humanos e Inclusión no eran conceptos asociados al movimiento, las protestas buscaban un espacio para existir y no ser un secreto a voces.
En la actualidad el activismo LGBT ha cambiado y se ha trasladado al internet, donde los jóvenes demandan sus derechos a través de un hashtag.
Las protestas anteriores fueron fuertes, violentas sin embargo gracias a ellas se han ganado espacios en la actualidad, tal vez no los suficientes pero son espacios reconocidos.
El movimiento por la igualdad es una organización que lucha por la inclusión, el respeto a los derechos de las personas, a la igualdad y la intimidad, que nació como respuesta al frente nacional por la familia en el año 2016.
Fernando León y Daniel Santos, activistas independientes que suman más de 50 años abogando por la justicia y en búsqueda de la legislación en pro de la comunidad LGBT aseguran que los movimientos por la igualdad están divididos.
Ambos coincidieron en que las nuevas generaciones de activistas y movimientos deberían tener mayor cohesión gracias a la tecnología sin embargo se ha hecho todo lo contrario.
Ni el gobierno, ni las iglesias ni la sociedad generan tantos prejuicios como la misma comunidad.
La unificación de los movimientos solo será posible a causa de una tragedia, un movimiento que amenace 40 años de lucha, probablemente una que puede aproximarse a partir del primero de diciembre.
¿Qué tiene que pasar para que el activismo LGBT se unifique?
“Se acerca una fuerte crisis de derechos humanos, nos vamos a unir cuando pase la aplanadora, si bien no todos los movimientos al menos la mayoría”
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