Por: Luis Armando Martínez
Cuando somos infantes no notamos la diferencia de lo que es ser niño o niña, es conforme crecemos que la educación nos “orienta” sobre lo que podemos hacer de acuerdo a nuestro sexo.
Desde luego que la educación sirve para formar los valores y la moral y su objetivo siempre será el bien común, la cuestión es: ¿En qué punto ésta deja de formar a la persona y comienza a deformarla?
Las actividades deportivas sriven para que el ser humano tenga una manera saludable de erradicar el ocio, disfrute, practique y sea capaz de competir de forma sana. Los mejores exponentes de disciplinas como el fútbol, el basquetbol o el béisbol han surgido gracias a que entrenan y han entrenado duro desde temprana edad.
Es muy posible que en la infancia de muchas mujeres se les haya limitado su deseo por querer practicar una recreación de este tipo utilizando la frase: “exclusiva de hombres” y se les forzaba a interesarse por otras cosas más “femeninas”, o peor aún, no se les permitía practicar nada.
¿Qué hay de aquellas que buscan progresar en dicho campo? ¿Cuál motivo no considerado fútil y basado en el sexo se podría interponer en la búsqueda de un sueño?
Aun si existe el soporte familiar, allá afuera hay factores negativos como el poco apoyo a las mujeres dentro del ámbito deportivo por parte de aficionados e instituciones que se traducen en casos de discriminación.
Un ejemplo: todos conocemos a Lionel Messi, nos suena el nombre de LeBron James o si nos consideramos conocedores del rey de los deportes sabemos quién es Willie Mays. Estos tres deportes tienen algo en común, se distinguen por una figura femenina. Es más, si nos disponemos a buscar en la red “mejor jugadora de (inserte deporte) de la historia” nos podemos topar con las limitadas opciones que el buscador nos da, a diferencia de las múltiples del ámbito masculino.
Es fácil decir que en cada práctica física está su respectiva categoría para que las mujeres se integren, pero si nos basamos en el punto anterior, no hay una atención adecuada para estas mismas, y por lo mismo, hay seguidores que no tienen idea sobre si en su país hay una liga femenina de su deporte favorito, y/o no les dan importancia.
Podríamos hablar de un “balance” al considerar las prácticas consideradas sólo de mujeres, pero si somos observadores, también hay hombres destacando en aquellas otras disciplinas.
En un país como México la oportunidad de destacar se ve opacada por el oportunismo de las ‘palancas’, o problemas económicos del deportista, así que un problema de género del golpe de gracia y un mal chiste, y lo que hace peor esta situación es que se puede evitar, posiblemente es quizá un factor por el que México no es potencia en los juegos olímpicos.
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