LA LUJOSA PESADILLA DE UNA EDECÁN

Gabriela Ramos/ Monterrey

Con tan solo 16 años, una hija, pocas oportunidades de trabajo y esperanzas de salir adelante, fue lo que la llevó a trabajar de edecán.

Elizabeth fue una joven estudiante de la Preparatoria No. 16 de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que había concluido su preparación por el embarazo de su hija Lidia.

Fue víctima de violencia hacia la mujer, y aún con bebé en vientre, su marido la golpeaba en muchas ocasiones, dejándole en su cuerpo moretones, heridas y sangre.

Cuando se alivió, la joven madre siguió viviendo la violencia que el hombre generaba por ataque de celos o solamente porque tenía problemas de alcoholismo, tiempo después, ella tomó la decisión de salirse de su casa e irse a vivir nuevamente con sus padres donde cuidaban a la hija de Elizabeth.

La joven salió de casa en busca de un trabajo para salir adelante, pero sus resultados fueron nulos.

Su amiga Yuliana, la invitó a laborar como edecán de bebidas energizantes y con el paso del tiempo trabajó como bailarina de un table dance en la ciudad de Monterrey.

Después de un tiempo empezó a laborar en Amnesia de Monterrey, fue ahí donde empezó la pesadilla.

“Porque te pago vas hacer lo que quiera”, “Tú decidiste trabajar de esto ahora te aguantas” fueron palabras que recibían por haber entrado a trabajar como bailarina.

“Hubo muchos casos en el recibía amenazas de los clientes porque yo solo me dedicaba a bailar, no me prostituía y a fuerza los hombres querían que me acostara con ellos, fue lo peor que viví en ese tiempo

Ser bailarina es un trabajo riesgoso pero me sacaba adelante y sacaba adelante a mi hija, quien era la que me motivaba para hacerlo, obviamente no me gustaba porque hay hombres enfermos de la mente y me hacían daño físico solo por cumplir una de sus fantasías, con esto yo logre comprar mi casa, la amueble, tenía dinero para poder comprar lo que sea y que mi hija estuviera bien”, expresó Elizabeth.

Nunca le faltó a su hija, pues ella solo trabajaba de noche cuando la pequeña se encontraba dormida.

Una madre es capaz de hacer lo que sea por sacar a su familia adelante y este fue el caso de Elizabeth, actualmente tiene 28 años y es cajera en el banco de Elektra y ya no corre riesgo de ser amenazada por ningún hombre. 

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