Todo por el sueño americano

Por: Priscila Amaro

¿Estarías dispuesto de casar a tu hija a la fuerza con tal de obtener papeles americanos y darle un ‘’beneficio’’ al resto de la familia?

Esta es la historia de Belem Itzel una joven de 15 años, quien cursaba tercer año de secundaria, tenía buenas calificaciones, y también muchos amigos, justo como cualquier niña de su edad.

Ma. Del Carmen N mamá de Belem, un día navegando por Facebook conoció a un joven de nombre Richard, con quien al pasar los días entablaron una amistad muy estrecha. Él era un ciudadano americano de 34 años, quien residía en la ciudad de Rosenberg cerca de Houston, TX, y se dedica a la conducción de tráileres.

Richard emprendió un viaje a México para después llegar a la ciudad de Monterrey, Nuevo León, invitado por Carmen a algunas reuniones familiares y fiestas que organizaba para conocerse.

Les agradó a todos al instante, pues se notaba que era “un chico buena onda”, con buenos valores y trabajador con aún más futuro por delante.

En algunas ocasiones dentro de las fiestas a las que acudía, los primos de Belem hacían comentarios algo molestos para ella, “deberías de hacerte su novia para que te lleve al otro lado”, “allá todo es mejor” y todo porque Belem era la única mujer joven de la familia y sin compromiso alguno, esto la incomodaba, pues sabía que existía una diferencia enorme entre las edades.

Carmen en una conversación privada que tuvo con Richard, le pregunto si el estaría dispuesto a casarse con su hija Belem, para arreglarle papeles y en un futuro pedir a sus padres y hermanos.

Richard acepto, ya que no tendría ningún problema y poseía estabilidad económica con su trabajo, así que podía hacerse cargo de ella.

Ahí fue donde Carmen y Richard comenzaron a contactar personas especializadas en trámites de visa, ya que Belem ocupaba una en específico para poder casarse en Estado Unidos, la visa en categoría K, la cual le permitiría estar en territorio Americano y contraer matrimonio dentro de los próximos 90 días después de su llegada. Para obtenerla los asesores le comentaron que tendrían que recabar pruebas de dicho noviazgo, ya que el consulado no otorga visas solo porque sí.

También les hizo saber que para poder casarse con Belem tenía que ser mayor de edad, ellos propusieron realizar el matrimonio en territorio mexicano, pero de igual forma ya que Richard era extranjero debían esperar a que Belem cumpliera 18 años.

Hoy Belem está por cumplir 16 y planea disfrutar los años que le quedan siendo adolescente, pues esta consiente de que al cumplir 18 deberá casarse con Richard, todo por presión y beneficio de su familia.

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