Siguiendo sus sueños con pasión y dedicación, Karla Paola Amaya Chairez, se convirtió en la primera mujer mexicana en obtener la beca «Monbukagakusho» de Japón y a cursado si primer semestre en la nación nipona.

En una entrevista a Karla Amaya, la joven duranguense narra cómo se sintió al cumplir su mayor meta, asi como el camino que curso y los obstáculos que tuvo que superar para poder estar ahora mismo en la capital de Japón, Tokio.
Nos habla de como siempre fue su sueño desde niña, por la gran influencia que el anime tuvo en su vida de pequeña y como este amor por esa cultura siguió creciendo hasta enterarse que su deseo podría hacerse realidad.
“Hace muchos años una pequeña yo dijo que uno de sus sueños era visitar Japón, pasaron los años y el sueño seguía ahí. Muchos me conocieron como la friki del salón, la que se vestía raro o la que hablaba de sus cosas chinas, y el sueño seguía ahí. Conforme fui creciendo y aprendiendo me di cuenta que las cosas no solo se sueñan, sino que se planean se proyectan y se convierten en metas… Así el sueño ahora era una meta”
Karla Paola Amaya Chairez nació el 22 de febrero de 1995 en la ciudad de Durango y desde muy pequeña se vio cautivada por el anime y la cultura que le había dado vida, Japón.

Esta fascinación creció con el paso del tiempo, convirtiéndose en una cosplayer, una persona que confecciona y modela atuendo de personajes mayormente basados en anime, y obtuvo reconocimiento a nivel nacional al ganar varios concursos. Además de tomar diversos cursos de japonés, esperando algún día poder encontrar la oportunidad de cumplir con su meta, hasta que la encontró, la beca “Monbukagakusho”.
“Por ahí del 2016 descubrí que había una forma de ser becado por el gobierno japonés y ¡fue un gran descubrimiento! La beca del gobierno japonés Monbukagakusho. Esa era mi meta ahora. Comencé a leer experiencias anécdotas casos de éxito y hablando con mis padres, decidieron que estaría bien si lo intentaba, estaba super emocionada. ¡Así que viaje a la ciudad de México a presentar exámenes, fue toda una aventura! Lamentablemente no pasé, pero sentí satisfacción de al menos haberlo intentado.” Expresó la joven Duranguense.
Después de su fallido intento, Karla Amaya se centró en sus estudios universitarios y por un tiempo eso la absorbió y la alejó de su sueño, pero a pesar de las dificultades, eso no sería suficiente para olvidarlo.
“Pasaron los años y acabé la carrera, para mí fue muy difícil el choque posgraduación. Viví muchas frustraciones y pese a que mis padres me decían que me urgía encontrar trabajo siempre busqué la manera de hacer otras cosas, vendí cosas por Facebook, inicie y cerré una mini empresa y en general me aferraba a «hacerlo a mi manera». Dijo con algo de melancolía la Cosplayer.
Aun con las dificultades de su vida laboral, familiar e incluso sentimental, Karla trató de mantenerse firme a su persona y no se dejó atrapar por lo que la sociedad le imponía que debía ser y trató de crecer siendo ella misma, hasta que en 2018 se presentaría otra oportunidad.
“Por azares del destino a finales del 2018 se me vino a la mente la beca. Y me quedé pensando que mi meta aún estaba ahí. Vagué por Internet buscando opciones como costos de escuelas y voluntariados, pero todo requería muchísimo dinero y yo seguía aferrada a no querer trabajar en oficinas.
En fin, abrí la página de la embajada de Japón revisé la convocatoria que había aplicado en 2016 y descubrí que habían cambiado la edad límite, así que nuevamente tenía una «última oportunidad» Mi corazón se aceleró me maldije poquito por que pude haber presentado ese año si es que la hubiera leído a tiempo. Pero las cosas estaban claras, iba a presentar en 2019” agregó.
Después de su revelación, Karla comenzó una odisea para prepararse, al tener la oportunidad a su alcance dejó de lado su orgullo y consiguió diversos trabajos con el fin de ahorrar, además de retomar sus cursos de japonés y repasar todos los niveles. Su preparación finalizó en junio de 2019, cuando de nueva cuenta, la duranguense presentó los exámenes de admisión. Una hora después recibió un correo por parte de la embajada en el que se leía: «Usted ha pasado la primera etapa de exámenes, por favor venga mañana la entrevista, prepare sus documentos».
“Después de varios meses de espera. Llegó el correo, llegó a las 5 de tarde. Y espere hasta llegar a casa para abrirlo quería estar en calma, a fin de cuentas, ya había esperado meses podía esperar 3 horas más. Abro el correo y esto es lo que leo, me quedé en shock. Realmente no sabía cómo reaccionar. Esto está pasando…
Así que si, después de años de espera y meses de esfuerzo ese sueño que se convirtió en meta ahora era una realidad. Fui la única persona que aceptaron de México, así que si me siento un poquito orgullosa de mi”
Es asi como Karla Amaya transformo sus sueños en metas, sus metas en objetivos y sus objetivos en realidad. Por lo cual ahora lleva un semestre cursado en Tokio, viviendo la cultura que tanto había anhelado experimentar y ahora es parte de su vida.
«Sea cual sea tu sueño o meta, debes saber que no hay un tope para esto, te va a costar y vas a sacrificar muchas cosas, pero va a valer la pena. Puedes intentarlo y equivocarte, y volver a intentarlo otra vez»

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