Por: Deyanira Palacios
Cada día la violencia contra las mujeres incrementa, esto es una gran ofensa a la dignidad humana y una manifestación de desigualdades entre los hombres y mujeres.
La violencia hacía la mujer se puede encontrar en cualquier acción o conducta basada en su género que cause muerte, daño, sufrimiento físico, sexual y psicológico, tanto en el ámbito público como en el privado.
La problemática de feminicidios en el Estado de México ha sido denunciada desde hace muchos años por organizaciones civiles, incluso también por autoridades que buscan castigar estos delitos. Sin embargo, la respuesta a las denuncias y a marchas de mujeres que exigen justicia reciben una actitud discriminante por parte de las autoridades, ya que comúnmente este problema social es minimizado.
Desafortunadamente no existe una política efectiva para poder lograr la prevención de la violencia ni mucho menos la atención para la misma, cuando las mexicanas viven algún tipo de violencia y son remitidas a instancias para recibir ayuda generalmente son recriminadas, además no se le da seguimiento a sus casos situación que pone en riesgo la vida de las mujeres.
Este año entre Enero y Febrero, 142 mujeres han sido declaradas víctimas de feminicidio en México de un total de 447 asesinadas, lo que significa que solo 30% de esas muertes violentas se clasifican actualmente como feminicidio.
“No nos cuadran las cifras. Hay muchas deficiencias y errores periciales en las investigaciones”
María de la Luz Estrada, Directora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.
Los números señalan una emergencia de seguridad pública detrás de la que se esconde la historia de mujeres, niñas y adolescentes a las que arrebataron la vida con total impunidad.
El panorama demuestra la importancia de seguir manifestándose hasta ser escuchadas, luchar por las que ya no están y por un Estado en donde estemos seguras y que los actos hacía nosotras sean castigados por las autoridades.
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