«No eres como las otras chicas»

Por: Alejandra Alvarez

Durante la etapa de la pandemia consumimos mucho más el contenido mediático, horas y horas de streaming con películas y series que ya nos sabíamos de memoria, y unos que otros nuevos. Si recuerdas la mayoría ¿notaste a personajes femeninos sin ningún trasfondo?

Si se te viene a la mente uno que otro personaje, te lo traduzco como el Male Gaze: las narrativas audiovisuales que retratan a la mujer desde el punto de vista masculino. Tal teoría fue creada por la británica Laura Mulvey, en su ensayo de 1973 “Visual Pleasure and Narrative Cinema”, donde dice que la mayoría de las películas retratan a la mujer como objeto de deseo y placer, porque son creadas a través de una lente masculina heterosexual.

Mulvey se da cuenta que la presencia de las mujeres es un elemento de espectáculo indispensable en la narrativa típica de las películas, pero que su presencia visual tiende a no aportar nada al desarrollo de la historia. En su lugar, las acciones de las mujeres tienden a servir para  contemplación erótica.

Para identificar tales personajes, es muy sencillo; la actriz es joven, suele ser “sexy”, delgada y la cámara hace acercamientos en sus senos o piernas. Pero ya analizando bien a tales personajes femeninos, nos encontramos con que el male gaze no solo satisface las expectativas visuales masculinas, también refuerza los estereotipos de una mujer que es débil, sumisa o que “no puede tomar sus propias decisiones”.

Al final, son mujeres que si tiene un papel en la trama, su historia, diálogos, acciones y desenlace órbita del hombre. Ella es la que inspira amor, miedo o preocupación en el héroe de la historia, causante de sus acciones. Lo único que hace o dice es en función del hombre.

Pero este concepto no solo se ve en el cine, también series, comerciales, publicidad, videojuegos, etcétera. Con solo ver cómo se muestra a las mujeres en anuncios, portadas de revistas y redes sociales en comparación con los hombres, así como en cómo la cámara suele enmarcar sus cuerpos.

Películas como El Lobo de Wall Street, Transformers, Lo que ellas quieren, entre muchas más, son claros ejemplos de que la teoría de Mulvey sigue en pie después de muchos años, pero a la vez nos ha ayudado a abrir los ojos de una industria de cine repetitiva en cuanto a los personajes femeninos.

Fans se molestaron por la Harley de Birds of Prey porque ya no era»sexy»

No están para satisfacer las expectativas masculinas, si no para contar historias con las que nos podamos identificar o son personajes completos, con virtudes, fallas, anhelos y personalidad propia. Mujeres protagonistas de Pequeñas Grandes Mentiras, Booksmart, Mujercitas, Lady Bird, Sex Education, Fleabag y muchas otras más.

A %d blogueros les gusta esto: